Asesinatos, suicidios y raides delictivos en los que se señaló al rock como resposable; que opinas de este informe de ATM? A veces, el
efecto de la música puede medirse más allá de lo que está contenido en notas y
melodías. Desde tiempos inmemoriales, varias personas con mucho tiempo libre
dedicaron su esfuerzo a buscar mensajes subliminales por debajo de los límites
de percepción de cualquier disco de alcance masivo. Así fue como un tal Charles
Manson asesinó junto a su clan a la actriz Sharon Tate (y a varios de sus
invitados) en 1969, motivado por la película El bebé de Rosemary (protagonizada
por Tate y dirigida por su marido, Roman Polanski)... y por los Beatles. Sí,
para Manson, había mensajes subliminales en el Álbum
Blanco, más precisamente en los temas "Piggies" y
"Helter Skelter". A nadie en su sano juicio (o sea, lo que separaba a
Manson de gran parte de los mortales) se le hubiera ocurrido señalar como
responsables de esta matanza a los Fab Four, pero la razón no siempre opera de
la misma manera. Por eso, entregamos este pequeño listado de artistas que
fueron acusados de tener algún tipo de responsabilidad en crímenes de distinta
escala, desde fomentar el vandalismo a tener que cargar con el peso de una
matanza en un colegio secundario.
Judas Priest. En
1990, la banda liderada por Rob Halford fue acusada de fomentar un acto suicida
por parte de dos adolescentes estadounidenses ¿Cómo? En 1985, James Vance y
Raymond Belknap se pasaron horas fumando porro, tomando cerveza y escuchando el
disco Stained Class. Acto seguido, fueron
a una iglesia con una escopeta. Belknap se voló la tapa de los sesos, y Vance
desfiguró la cara de una perdigonada. Según sus familiares, uno de los temas
del disco, "Better by You, Better Than Me" contenía como mensaje
subliminal la frase "Do it" ("Hacelo"). Tras un mes y medio
de juicio (en los cuales Halford asistió al tribunal para declarar... ¡y
cantar!), la causa se cerró exonerando a Priest. Para dar por cerrada la
discusión, vale recordar lo que tuvo para decir el comediante Bill Hicks al
respecto.
Los Violadores.
La provocación es riesgosa, a menos que se sepa cómo administrarla. El grupo
comandado por Pil Trafa y Stuka nació como Violadores De La Ley, hasta que
acortó su nombre, a sabiendas de que el cambio generaría asperezas. Su segundo
disco, Y ahora qué pasa, eh?, poco hizo
para calmar las aguas. Su tema más conocido, "Uno, Dos,
Ultraviolento", fue acusado de ser una notable apología al crimen y al
comportamiento vandálico (algo que, convengamos, no sería demasiado terrible
para una banda punk). La discusión en sí carecía de argumentos: tanto la letra,
el título, la cita a la quinta sinfonía de Beethoven, y el uso de palabras del
argot nadsat (drugos, devotchkas, dremcom, grudos y varias más) eran una clara
referencia y homenaje a la novela La naranja mecánica, de
Anthony Burgess.
Mayhem. El black
metal poco ha hecho para evitar ser demonizado por la opinión pública, y en eso
los noruegos Mayhem llevan la delantera por varios cuerpos. Varios de sus
seguidores participaron de quemas de iglesias en su país entre 1992 y 1996; su
cantante original, Per Yngve Ohlin, se suicidó en 1991de un escopetazo (¡y sus
ex compañeros de banda utilizaron una foto de su cadáver como la portada de un
disco en vivo!) y, como para sumar más oscuridad a su reputación, un ex
integrante de la banda (Varg Vikernes), asesinó de veintitrés puñaladas al
guitarrista Øystein Aarseth. Lindos pibes, sí.
Ozzy Osbourne. Al
ex Black Sabbath también le cayó el peso de la ley por un motivo similar al de
Judas Priest. En 1986, un fan suyo llamado John McCollum se suicidó en
California, y la cosa no hubiera pasado a mayores de no haber sido que lo hizo
tras escuchar el tema "Suicide Solution", del disco Blizzard of Oz. Como resultado, la
familia de McCollum citó a Ozzy a declarar, en donde el Príncipe de las
Tinieblas tuvo que ratificar que la canción está centrada en su propia lucha
contra el alcoholismo.
Marilyn Manson.
Todos recordarán la infame masacre que Eric Harris y Dylan Klebold llevaron a
cabo en una escuela secundaria de Columbine en 1999, en la que mataron a doce
estudiantes antes de suicidarse. Como ambos eran fanáticos de los grupos
alemanes de música industrial KMFDM y Rammstein y de Marilyn Manson, las miras
acusatorias estuvieron puestas en el Reverendo y su música. En reiteradas
ocasiones, se defendió con altura de cómo lo señalaba el sector más conservador
de su país, como lo registra una escena del documental Bowling for Columbine, de Michael Moore.
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