Guerra y vientos de cambio


Una de las últimas bandas importantes del período del rock progresivo fue Tantor, un grupo mucho menos sinfónico y más experimental y progresivo, con influencias del jazz. Su primer álbum sería un éxito en la escena progre y la banda continuaría hasta mediados de la década, siendo una de las últimas bandas de esta etapa.
Serú Girán se fue de gira a Brasil en 1980, donde la recepción que tuvieron fue tan positiva que los organizadores les pidieron para tocar otra vez al día siguiente, pero junto con el grupo de jazz-rock Weather Report, entre otros. Posteriormente, en Buenos Aires, tocaron en La Rural, juntando aproximadamente 60.000 personas y coreando "No se banca más", en alusión al gobierno militar. También tocaron junto al proyecto de Spinetta: Spinetta Jade. Este nuevo proyecto de Spinetta era una especie de combinación entre jazz y rock, bastante infrecuente en el país en ese momento. Hacia los dos últimos placas su sonido se fue haciendo algo más pop y con más influencias de la música electrónica (samplers y sintetizadores).
Serú Girán lanzó su cuarto álbum, Peperina en 1981, pero a finales del año Pedro Aznar decidió unirse al Pat Metheny Group en los Estados Unidos. El 6 y 7 de marzo de 1982, Serú Girán tocó por última vez en el Luna Park. Un momento memorable fue la primera y única interpretación de la canción “No llores por mi Argentina” (sin relación con el musical Evita), un tema lleno de simbolismo y de melancolía.
A comienzos de 1982, Gustavo Santaolalla lanzó un álbum renovador titulado precisamente Santaolalla, acompañado por una banda integrada por Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Alejandro Lerner (teclados), Rubén Rada (congas), Oscar Kreimer (saxo), Osqui Amante (percusión) y Mónica Campins (coros). El álbum ha sido considerado «el primer disco de rock moderno de la Argentina».
La economía Argentina se encontraba en plena recesión hacia 1982, y el descontento contra el gobierno militar iba en aumento. El 2 de abril de 1982 el gobierno de facto inició la Guerra de las Malvinas, como un intento desesperado por mantenerse en el poder mediante la manipulación del apoyo popular a través de una larga reivindicación del pueblo argentino. Miles de jóvenes fueron mandados a la guerra, mal equipados, en pésimas condiciones y desinformados. Luego de cientos de muertes y duros combates, los ingleses finalmente lograron recapturar las Islas Malvinas. Luego de la derrota, solo era cuestión de tiempo para que la Junta Militar se retirara del gobierno.
León Gieco, fue uno de los músicos más censurados durante la última dictadura militar argentina. Por otro lado, la guerra se convertiría en uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina reciente, pero tuvo el paradójico efecto de revitalizar el rock argentino. De hecho mientras la contienda estuvo presente, se prohibió la música en ingles, lo que dio aún un mayor impulso a la música en castellano.
En mayo de 1982 el Festival de la Solidaridad Latinoamericana juntó a todas las grandes bandas del rock argentino. El recital tuvo el objetivo de apoyar a las tropas que luchaban en las islas, aunque era también una forma encubierta de protesta contra la guerra y un llamado a la paz. Paralelamente, el rock en inglés era censurado en las radios y los programadores debían llenar con algo el espacio que dejaba el rock en inglés, y ese algo era el rock nacional. En los últimos días del rock sinfónico, un gran número de bandas influenciadas por los últimos géneros musicales mundiales post-punk y new wave comenzaron a aparecer. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, banda que comenzó a tocar por 1976, fue ganando escala nacional a partir de su política de independencia frente a las empresas discográficas y sus particulares letras. En 1979, en La Plata, Federico Moura formó una banda pionera de la new wave llamada Virus. Mientras tanto, comenzarían a aparecer las primeras influencias de la Nueva Ola del Heavy Metal Británico en el continente; Pappo, influenciado por este nuevo género -desde donde surgían bandas como Black Sabbath o Judas Priest- luego de su viaje a Europa, fundó Riff, que si bien tomaba la estética del metalero -basado en la estética de personajes del metal, ya leyendas del mismo, como Rob Halford- su sonido es a veces mas comparado al del Hard Rock que al del propio Heavy Metal. Para ese entonces V8, la banda fundada por Ricardo Iorio alrededor de 1979, sería la que definiría al Heavy Metal en la República Argentina, principalmente para el comienzo ya de los años 1981-1982 y finales de la Dictadura.
En Buenos Aires, tres jóvenes influenciados por el post-punk inglés comenzaron a intercambiar ideas, armando una banda con el nombre de Soda Stereo, que se convertiría en la banda más popular del rock iberoamericano.
En ese tiempo el circuito del Café Einstein le da espacio al punk y dark rock, presentando grupos como Los Violadores, Sissi Hansen, y Geniol con Coca, entre otros.
En 1980 comenzó a tocar la banda pionera del punk rock en Argentina, Los Violadores, aunque ya existían bandas como Los Barajas se toma a los violadores por ser los primeros en sacar un CD. Miguel Abuelo retornó de Europa y formó Los Abuelos de la Nada, que contaría entre sus filas con Andrés Calamaro. Los Abuelos marcarían el comienzo del estilo pop-rock, incorporando de la mano de las composiciones de Calamaro, sonidos más modernos y bailables que robaban la atención de los jóvenes de entonces. Así, se convirtieron en la banda más exitosa de aquel momento. En 1981, Miguel Mateos, luego de hablar con Freddie Mercury, ganó la oportunidad de telonear a Queen en su show en Buenos Aires, con su banda Zas. En los bares de Mendoza una banda de pop-rock llamada Los Enanitos Verdes comenzaría a tocar como un trío hacia 1979. En 1981 un italiano educado en Inglaterra llamado Luca Prodan llega a Argentina y se instala en Traslasierra en Córdoba escapando de su adicción a la heroína para terminar formando Sumo.
También surgirían varios solistas que lograron consagrarse y mantener su popularidad hasta el día de hoy. Algunos de estos son Juan Carlos Baglietto (que tenía confianza en un joven músico rosarino llamado Fito Páez), Alejandro Lerner y Celeste Carballo. También aparecieron una serie de bandas más enfocadas en el aspecto “humorístico” de la música, como Los Twist, Suéter y las Viuda e hijas de Roque Enroll.
Paralelamente, Almendra y Manal se volvieron a juntar, en tanto, Argentina entró en 1983 en una nueva etapa de su historia, con la inauguración del gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Entrar en democracia significó la desaparición del aparato represivo y de censura del gobierno militar, por lo cual la libertad de expresión volvió a florecer. Las canciones que criticaban al gobierno militar se multiplicaron, algunas con letras alegóricas, como «Tiempos Difíciles» de Fito Páez (cantada por Baglietto), «Maribel se durmió» de Spinetta (dedicada a las Madres de Plaza de Mayo), «Puede verme» y «Ángel del pasado» de Ignacio Copani,«Sólo le pido a Dios» de León Gieco o «Los Dinosaurios» de Charly García. Críticas más directas contra el gobierno militar provinieron de bandas punk como Los Violadores (con canciones como «Represión») y de Heavy Metal como V8.
Finalmente, sectores del rock nacional comenzaron a pasar del sonido “solemne” y progresivo del rock sinfónico a una música más irreverente y accesible, lo cual ayudaría al rock nacional a expandirse en el exterior.

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